Mucho antes de Apolo, Delfos era un lugar sagrado dedicado a Gaia, la Madre Tierra. Según el mito, Apolo venció a la serpiente Pitón para reclamar el santuario, simbolizando el paso del culto a la tierra al culto a la luz y a la razón. Esta leyenda sentó las bases del futuro de Delfos como puente entre lo divino y lo mortal.










