El Oráculo de Delfos era la voz profética más poderosa del mundo antiguo, donde Pitia, una gran sacerdotisa de Apolo, emitía mensajes crípticos que se creía que estaban inspirados por el propio dios. Desde reyes a guerreros, los buscadores acudían de todos los rincones del mundo antiguo en busca de orientación. Situado en el Templo de Apollo, el Oráculo era el corazón palpitante de la vida espiritual de Delfos.
En esta guía, desvelamos la historia del Oráculo de Delfos, sus rituales, leyendas y por qué sigue cautivando a los viajeros hoy en día.
El Oráculo de Delfos era la voz profética más renombrada del antiguo mundo griego, y se creía que transmitía mensajes divinos del mismísimo Apolo. El término "oráculo" se refería a tres cosas: la profecía dada, el lugar sagrado de Delfos y la sacerdotisa conocida como la Pitia. La Pitia era típicamente una mujer de más de 50 años que vivía separada de su marido y vestía atuendo de doncella. Sentada en el Templo de Apollo, la Pitia entraba en trance, a menudo provocado por vapores naturales que surgían de una fisura bajo el suelo del templo.
Desde el siglo VIII a.C. hasta el siglo IV d.C., gobernantes, generales y ciudadanos de todo el mundo antiguo viajaban a Delfos en busca de orientación para todo, desde guerras y colonización hasta rituales religiosos y elaboración de leyes. Las profecías, a menudo crípticas, eran interpretadas por los sacerdotes de Apolo.
El Templo de Apollo era el núcleo espiritual de Delfos y la sede del Oráculo. Es el mismo lugar donde se creía que el dios Apolo hablaba a través de la Pitia. Construido en el siglo VII a.C. y reconstruido posteriormente tras desastres naturales, el templo que ves hoy data del siglo IV a.C., diseñado por el arquitecto Spintharus. Dentro de sus columnas dóricas y muros sagrados, el templo albergaba no sólo una estatua de Apolo, sino el adyton, la cámara oculta donde la Pitia pronunciaba sus profecías.
Oculta en las profundidades del templo estaba la adyton, una pequeña cámara restringida considerada el espacio más sagrado de Delfos. Aquí se sentaba la Pitia, la sacerdotisa de Apolo, a menudo descrita como encaramada a un trípode sobre una fisura de la roca. Según fuentes antiguas, los gases o vapores naturales de esta sima pudieron influir en su estado de trance, que dio lugar a las profecías. A los visitantes habituales no se les permitía entrar en el aditón. En su lugar, los sacerdotes transmitían las preguntas y volvían con respuestas crípticas de Pitia.
El proceso de consulta al Oráculo implicaba varios pasos sagrados. Antes de que nadie pudiera acercarse, se ofrecían sacrificios a Apolo para asegurarse de que los dioses eran favorables. La Pitia se preparó con una purificación ritual, que incluía el baño en el manantial de Castalia. Una vez en trance, pronunciaba frases aparentemente incoherentes, que los sacerdotes del templo interpretaban.
Todos confiaban en el Oráculo de Delfos: espartanos, atenienses e incluso gobernantes extranjeros. Su neutralidad política significaba que ninguna potencia la controlaba, lo que convertía a Delfos en un terreno espiritual común donde todos los griegos, independientemente de la ciudad-estado, podían buscar la guía divina.
Desde iniciar guerras hasta fundar colonias, los griegos recurrían al Oráculo antes de hacer cualquier movimiento importante. Las palabras de la Pitia determinaban las decisiones al más alto nivel, lo que confería a Delfos una influencia sin parangón en la geopolítica antigua.
Sólo se permitían las consultas en días concretos del año, siguiendo rituales y ofrendas estrictos. Este acceso limitado añadía peso a la autoridad del Oráculo y hacía que el proceso pareciera más sagrado e intencionado.
Las respuestas del Oráculo fueron famosamente crípticas. Su naturaleza abierta significaba que podían interpretarse de múltiples maneras, a menudo haciéndose realidad sin importar qué. Esta ambigüedad protegía la credibilidad del Oráculo y le daba fama de sabiduría divina.
Delfos se convirtió en un depósito de tesoros e ideas. Las ciudades-estado construyeron aquí grandes tesoros y estatuas, mientras que filósofos y poetas la trataron como un centro de pensamiento. Su estatus cultural amplificó el poder de su voz.
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En el adyton cámara bajo el Templo de Apollo; no abierta al público
Sí, el Oráculo siempre fue una mujer. Normalmente tenía más de 50 años, era elegida por su sabiduría y pureza, y vivía separada de su marido. A pesar de su edad, se vistió con ropas de doncella para honrar la antigua tradición.
Originalmente, el Oráculo daba profecías sólo una vez al año, el séptimo día del mes délfico Bysios, que se creía era el cumpleaños de Apolo. Más tarde, debido a la gran demanda, las sesiones se celebraban una vez al mes durante nueve meses al año (los meses sagrados de Apolo), pero nunca durante el invierno, cuando se decía que el dios abandonaba Delfos.
Sí, en el Museo Arqueológico de Delfos se exponen muchos objetos relacionados con el Oráculo y el Templo de Apollo. Encontrarás ofrendas de antiguos visitantes, inscripciones, estatuas e incluso partes del propio templo.
Aunque no se puede entrar en el adyton (santuario interior) donde se sentaba el Oráculo, los visitantes de Delfos pueden explorar las ruinas del Templo de Apollo y recorrer los caminos sagrados que antaño conducían a la cámara.
El sitio está abierto todo el año, pero la primavera (abril-junio) y el otoño (septiembre-octubre) ofrecen un tiempo suave y menos aglomeraciones. Visitarlo por la mañana temprano te proporciona una experiencia más tranquila y reflexiva.
El Oráculo de Delfos se refiere al Templo de Apollo, situado en el antiguo santuario de Delfos, a unos 180 km (112 millas) de Atenas. Puedes llegar en coche en unas 2,5 horas o coger un autobús KTEL en la estación de autobuses de Liosion, que circulan a diario y tardan unas 3 horas. Los tours guiados de un día desde Atenas son también una opción popular y cómoda.